Desde que el año pasado tuve conocimiento de la prueba la tenía en mente y fue en Julio de este año cuando abrieron inscripciones cuando ya era una realidad, inscripción realizada y alojamiento en el conocido Hostal Remoña de Espinama reservado junto a casi todos los componentes del club, el casi fin de temporada pintaba genial.
Nos presentamos a la hora de comer en el Hostal, para poder echarnos la siesta antes de la salida, que era a las 00:00h del Sábado, así lo hicimos y tras el merecido descanso, a preparar las cosas que tenemos que desplazarnos hasta el punto de salida, San Vicente de la Barquera, dónde llegamos a falta de 10 minutos para el cierre de entrega de dorsales, lo recogemos y foto.
Ahora sólo disponíamos de media hora para entregar la mochila del avituallamiento de mitad de carrera, toca prepararla deprisa y corriendo, que mala previsión he tenido en esta carrera.
Faltan menos de dos horas para la salida y un largo camino por recorrer hasta Espinama, cosa que nos encanta, mis previsiones era hacerlo entre 14-15 horas.
Junto a Raúl preparando mochila |
Venga que nos vamos |
El paso por los pueblos es espectacular, el ambiente que hay te lleva en volandas, da un subidón grande, no hay nada mejor que venir al norte, del km 20 al 35 que es el punto donde finaliza el medio desafío, se complica con alguna subida mas fuerte y alguna bajada un poco técnica, pero lo pasamos sin dificultad, los kms van pasando pero mis sensaciones no son nada buenas, no sé como explicarlo, la sensación es que tengo que ir tirando de mi cuerpo para que siga, me voy arrastrando, no voy cómodo, y no desde este punto, desde el principio, llegamos al 35, que es donde finalizan los de la carrera corta y dan hasta ganas de parar, que te pasa David, nunca has pensado en tirar la toalla, pero llevas toda la noche con ganas, no pillo ritmo, me cuesta rodar, las subidas andando se hacen, pero a la hora de correr el cuerpo no puede, la mente no ayuda, comer el cuerpo no quiere, que mal...
Pero tenía ganas de esta carrera y no quería abandonar, asique mi meta era el siguiente avituallamiento y así sucesivamente, llegamos al punto intermedio, Lebeña km 45, cada vez que llego a un punto de control, me doy cuenta que voy tocadísimo, sudando muchísimo, intentando beber y comer, pero el cuerpo no da para mas, nos cambiamos de ropa, comemos algo y a seguir, la gente del lugar, dice que la carrera empieza ahora, y que razón tienen, ya me lo habían avisado pero oirlo en esas condiciones jajaja nos quedaban 45 km y 4000+ mas o menos, que bueno, pero como me cuesta abandonar, seguimos, toca subida larga, casi mejor, andando, por lo menos no me pasa nadie o alguno suelto pero cuando coronamos y toca correr, el cuerpo como antes, aquí es donde pierdo muchísimo tiempo, subiendo aguanto, pero en estos tramos, voy muy lento, lentísimo, y es donde me van pasando, uno....al rato otro...
Terreno rompepiernas, pasamos un control y nos dirigimos al de Brez del km 63, ya está amaneciendo, espectacular, cielo rojizo rodeado de los Picos de Europa, el paraiso, precioso, estos momentos son únicos, después de 8 horas y media de carrera, que te regalen eso te alegra, pero yo seguía mal de narices y no valía pensar en positivo, tenía ganas de acabar la carrera desde el principio, y eso fue un problema, la noche se me había hecho muy larga.
En Brez posiblemente estuviese mi Flor esperándome para verme, solo iba pensando en eso, que estuviese, necesitaba ese apoyo para poder continuar, pero mi pensamiento era que iba terminar mi carrera en ese punto, no podía mas, iba muerto, muchos kms muerto, pero mi gozo en un pozo, no estaba Flor, alomejor se había ido pensando que había pasado, no lo sabía, según llegué me senté en una silla y me bebí 2 Aquarius, no me movía de esa silla, imposible levantarme, quedaban 3000+, y una subida a continuación que mejor no mirarla, el fotógrafo que estaba allí me animaba y yo le decía que no podía mas, me rondaba abandonar definitivamente, pero que hago en este punto ahora, ¿me llevan?, cojo el móvil para llamar a Flor pero ya no tengo batería, que desastre, asique después de un rato, me levanto y no sé como, pero sigo.
Ahora se suma que en las bajadas a cada paso me da un dolor en los lumbares, riñones o lo que sea que voy sufriendo de lo lindo, no puedo respirar hondo, que bién, pero podemos llegar al control dónde según entro no veo ni quién esta, pero si me entero que hacen control de material, vaso y perneras, correcto, según me giro veo que esta flor, madre que abrazo!!!!! lo mejor del día, que ilusión, momento inolvidable, estar sin fuerzas, derrotado, con una paliza importante, entrar en el control y no verla y eso que estaba delante pero después ver que si que estaba, como te cambia el ánimo, le cuento como me ha ido la noche y toda la carrera, estaba preocupada, normal, ingiero unos sandwichs de nutella cojonudos y venga que me quedan menos de 20 kms, parece poco pero son 3 horas...Allí también se encontraba el fotógrafo de antes, has visto como si que podías, cierto.
Hace frío fuera pero sigo de corto, muchísimo aire, subo bién pero me tengo que poner el impermeable del frío, coronamos la penúltima subida y a bajar, me despisto porque creía que era la bajada de Fuente De, pero no, voy por las balizas pero creía que era por otro lado, pregunto a otros corredores, bajamos hasta el puente de inicio de la última subida, no sé como a pesar de todo he podido llegar hasta este punto, vuelvo a ver a Flor, fuerzas para afrontar la última, venga David.
A pesar de ir tan mal, subiendo no me adelanta nadie, incluso paso a otro participante, pero bajando no puedo, me duele mucho el costado y encima la bajada es fortísima en el inicio, esta si es la bajada de Fuente De, la parte final disfrutona haciendo zetas, último control en la pradera de Fuente De, 5 kms me dicen, llego sea como sea, una pequeña subida y a rodar como pueda hasta Espinama.
Cuando enfilo la recta de meta y veo a los míos, todo esfuerzo ha merecido la pena.
El tiempo final dentro de mis tiempos pensados, pero visto lo visto, podía haber sido mucho mejor, pero antes que el tiempo, prefiero sensaciones, sensaciones de disfrutar cada momento, cada subida, cada bajada, cada minuto, cada segundo.
En definitiva, no contento con la carrera pero muy contento de conseguir llegar a meta a pesar de las adversidades, he aprendido muchísimo de mi segundo ultra que espero poner en práctica en las siguientes carreras, porque es un mundo apasionante que no voy a dejar, y mas contento de compartir un fin de semana express con la gente de mi club y con gente nueva haciendo lo que nos gusta.
Hasta la próxima...